UNO MÁS
Un post, otro. Uno más. Puede ser tan vacío que lo único que contenga sea unas estructuras medianamente lógicas del lenguaje; pero sin ningún mensaje, sin contenido, pues eso, vacío. Escribir por escribir, ya comenté algo sobre esto un día. Recuerdo que empecé hablando sin decir nada y acabé, no me acuerdo cómo ni por qué, describiendo el sillón orejero de mi abuelo.
Y no es que esto tenga relación con mi estado de ánimo o algo parecido, no en absoluto; no pretendo ahora sumergirme en mi fuero interno, no voy a asomarme a esa cercana profundidad y ver si estoy vacío o repleto de no sé qué, no para nada ¡Me da una pereza enorme! No, todo es mucho más sencillo: simple y llanamente me gusta hacerlo.
Me gusta ponerme a teclear sin saber muy bien cual va a ser la siguiente palabra que voy a utilizar, me encanta escribir sin guardar para nada una estructura estética y romper cada dos por tres con el ritmo narrativo; pero sobre todo, me gusta escribir sin pensar a quien va dirigido, quien lo va a leer y qué mensaje le va a llegar. Sinceramente, me da igual.
Ahora podría ponerme en plan poético pedante y decir, que todo esto se asemeja a como soy y a lo que quiero; en definitiva, que he fabricado una cursi metáfora sobre mí. Quedaría perfecto decir ahora que yo vivo en presente, que voy dejando el pasado sin revisarlo, sin corregirlo y que el futuro ya vendrá, llegará como sea y ya se afrontará; total si en nada va a ser pasado y ni siquiera le voy a echar un ligero vistazo.
Pero no, esto no es ninguna metáfora, no hay nada de profundidad, no hay mensaje, todo es superfluo, banal, son solo letras que no vienen a decir nada, no es más que una hueca improvisación sin estética y arrítmica. Así es este post, otro. Uno más.