CHÁVEZ Y LA IZQUIERDA CONSEVADORA
Detrás del “¿por qué no te callas?” hay una extraña singularidad que puede provocar una terrible confusión. A nadie se le escapa ya, las estupendas dotes dictatoriales de las que presume nuestro querido Comandante Hugo Chávez.
Pero más allá de no ser elegido por la Gracia de Dios y sí democráticamente, el cúmulo de despropósitos en la política que está llevando a cabo en su país y que pretende liderar en otros países de Latinoamérica, no es más que una triste falacia anclada en el pasado y que pretende vivir de una especie romanticismo político absolutamente obsoleto, arcaico y cuya literatura ya no se sostiene ni en los libros más densos del siglo XIX.
Esta supuesta y mal llamada izquierda se fundamenta en unas ideas y unos principios, los cuales son absolutamente legítimos y compartibles; ahora bien, en el necesario paso de transformar ese concepto mental en algo pragmático, o lo que es lo mismo, a la hora de pasar de la teoría a la práctica, es dónde todo se desmorona y llega a ser en ocasiones absolutamente contradictorio. Véase por ejemplo la Ley que limita la libertad de expresión, o igual, la censura legalizada.
Las ideas, los principios de la izquierda no tienen porqué evolucionar; la libertad, la solidaridad, la igualdad… eran y siguen siendo desafortunadamente una lucha necesaria; pero las herramientas que se están utilizando en esa lucha, hace mucho tiempo que se oxidaron.
Por tanto, esta mal llamada izquierda, que también defienden los comunistas de mi país, es una izquierda absolutamente conservadora, pues tienen miedo a la hora de mejorar o cambiar esas herramientas, sienten pavor en adaptarlas a la realidad actual; en definitiva y aunque no lo reconozcan, tienen miedo a progresar. Esto curiosamente es lo que hace también a su manera, la derecha más reaccionaria. Ellos temen el cambio, los conservadores quieren que todo se quede como está, pues consideran que ya hay suficientes avances sociales y por ello no es necesario avanzar más. ¿Encuentran alguna similitud entre ambas posiciones supuestamente antagonistas? Es evidente que los polos opuestos se siguen atrayendo.
Por tanto, nuestra izquierda, la izquierda socialdemócrata es la izquierda que se adapta, que progresa, que engrasa sus herramientas y las tiene modernizadas y listas para poner en marcha las mismas ideas que sigue defendiendo el socialismo desde hace siglos; el nuestro, el socialismo progresista, no el socialismo de la izquierda conservadora que desgraciadamente sigue existiendo en muchos países de la Región.
Pero más allá de no ser elegido por la Gracia de Dios y sí democráticamente, el cúmulo de despropósitos en la política que está llevando a cabo en su país y que pretende liderar en otros países de Latinoamérica, no es más que una triste falacia anclada en el pasado y que pretende vivir de una especie romanticismo político absolutamente obsoleto, arcaico y cuya literatura ya no se sostiene ni en los libros más densos del siglo XIX.
Esta supuesta y mal llamada izquierda se fundamenta en unas ideas y unos principios, los cuales son absolutamente legítimos y compartibles; ahora bien, en el necesario paso de transformar ese concepto mental en algo pragmático, o lo que es lo mismo, a la hora de pasar de la teoría a la práctica, es dónde todo se desmorona y llega a ser en ocasiones absolutamente contradictorio. Véase por ejemplo la Ley que limita la libertad de expresión, o igual, la censura legalizada.
Las ideas, los principios de la izquierda no tienen porqué evolucionar; la libertad, la solidaridad, la igualdad… eran y siguen siendo desafortunadamente una lucha necesaria; pero las herramientas que se están utilizando en esa lucha, hace mucho tiempo que se oxidaron.
Por tanto, esta mal llamada izquierda, que también defienden los comunistas de mi país, es una izquierda absolutamente conservadora, pues tienen miedo a la hora de mejorar o cambiar esas herramientas, sienten pavor en adaptarlas a la realidad actual; en definitiva y aunque no lo reconozcan, tienen miedo a progresar. Esto curiosamente es lo que hace también a su manera, la derecha más reaccionaria. Ellos temen el cambio, los conservadores quieren que todo se quede como está, pues consideran que ya hay suficientes avances sociales y por ello no es necesario avanzar más. ¿Encuentran alguna similitud entre ambas posiciones supuestamente antagonistas? Es evidente que los polos opuestos se siguen atrayendo.
Por tanto, nuestra izquierda, la izquierda socialdemócrata es la izquierda que se adapta, que progresa, que engrasa sus herramientas y las tiene modernizadas y listas para poner en marcha las mismas ideas que sigue defendiendo el socialismo desde hace siglos; el nuestro, el socialismo progresista, no el socialismo de la izquierda conservadora que desgraciadamente sigue existiendo en muchos países de la Región.
3 comentarios:
ni igualdad, ni libertad ni fraternidad... nada de eso existe en esos paises. Sin esa base es imposible empezar a discutir sobre su grado de izquierdismo a estas alturas de la vida.
Mañana hablamos de Cuba¿libre?
De mastropiero, A las 2:48 a. m.
Lo que tú llamas izquierda, es derecha, no equivoques conceptos. La izquierda siempre es anticapitalista.
De Sergi Jaraíz, A las 3:20 p. m.
maestro muy buen articulo , solo le quiero acotar que el dictador no sabe ni siquiera que es el marxismo , el no comprende que la historia , la naturaleza esta compuesta de tesis y antitesis , de variedades , diferencias y pluralidades .Habla de autonomia y libertad , pero que hace cuando limita la libertad de prensa? todo lo opuesto a las locuras que promueve que tristeza vivir en esta vida con personas como esas de vecinos
De cotoprix, A las 5:41 a. m.
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