Notas Sonoras

25.11.10

A BORRAR ESE DIBUJO EN FORMA DE FALO

Hoy no voy a escribir nada en contra de la violencia sobre las mujeres; me produce tanta rabia cada vez que pienso en ello, que sólo podría escribir palabras llenas de odio hacia esos asesinos cobardes, cuya evolución intelectual se quedó anclada en el Neolítico. Machistas que siguen sin querer borrar ese asqueroso falo que se ha ido dibujando a lo largo de la historia, trazado a conciencia para mantener la supremacia de los machos; visible éste en instituciones, culturas, religiones y gobiernos.
Ahora, hoy, entre todas y todos, pero sobre todo nosotros, tenemos que borrar ese viril y opresor
dibujo para siempre. Pero mejor me callo, no digo nada... Y LO BORRO

14.11.10

NEGRO



El negro, ese es su color. Un negro suave, cálido e infantil. Un negro oscuro que llenaba de luz allá por donde pasaba. Un negro que iluminaba hasta la más tenebrosa oscuridad. Y cuando ese color se iba, por momentos, aparecía el frío en nuestras vidas. La casa se quedaba oscura, triste, y las lágrimas no hacían más que humedecer lo inevitable, éramos conscientes que empapar la ausencia no hacía más que hinchar la melancolía.

Pero equivocadamente pensábamos que ahí se quedaría, que la nostalgia de su recuerdo sería llevadera y que con jugar con la imaginación pensando en ella, nos aportaría una irreal pero placentera sensación de cercanía. Y efectivamente así era, era porque ya no es.

Ahora desde la lejanía sentimos cómo el color ya no irradia esa luz, el frío es más gélido que nunca aquí y allí, y las lágrimas de nuestro color ahora empapan una arena seca que no se mojará jamás.

Hoy, a alguien no le gusta su color, nuestro color. Son los mismos indeseables que han decidido apagar su luz, esos mismos que colocaron la arena seca que jamás debió existir. Esos que bajo un manto de intolerancia esconden la bajeza de su cobardía. Sí, eso es lo que son, cobardes. Cobardes que desahogan su frustración haciendo sufrir.

Entonces escuhamos un triste susurro de nuestro color: YO NO HE HECHO NADA, dijo. Fue entonces cuando descubrí la verdad, la única verdad posible: el negro no es su color, nuestro color; su color, nuestro color, es LIBERTAD.
Para Maglaha

5.11.10

EL RELATO DEL SUEÑO DE RAJOY


Hoy he tenido una desconcertante pesadilla: estaba metido en la cama con el Señor Rajoy, imagínense, cosa que él pues tampoco le haría mucha gracia conociendo sus “ligeros” reparos a todo lo que huela a homosexualidad; y de repente, da un grito terrorífico diciendo: ¡¡¡PRIVATIZACIÓN!!! Y justo ahí, me desperté.
Créanme, que al ser consciente de lo que había ocurrido, me sentí peor que “Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, y se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto”. Ni Kafka podría haber definido con exactitud lo terriblemente angustiado que me sentía esta mañana.
Ante esto, no cabe otra que preguntarse inmediatamente qué podría significar esto. Qué interpretación podría tener este sueño, si es que lo sueños se pueden interpretar. Enseguida pensé en Freud, su escuela psicoanalista me parece poco científica pero no me quedaba otra. Pero era obvio que los instintos primarios del Tánatos y la Lívido, no podrían estar relacionados con mi sueño, creo que tengo una salud mental medianamente normal, pero si este mismo sueño lo hubiera tenido el Señor Alcalde de Valladolid, probablemente la Lívido hubiera tenido un papel fundamental en tal interpretación.
Pero dejando lo psicológicamente anormal a un lado, me centré en hacer un análisis más realista.
Es evidente, que el Señor Rajoy lo que ha pretendido es sacar un poquito la cabeza por encima de la manta y abrir un ojo. Después de un letargo de más de siete años, sus legañas le han empañado tanto la visión que no consigue ver nítidamente lo que ocurre a su alrededor, es lo que tiene dormir a pierna suelta.
Era más que evidente que su placentero estado de la derecha chip, esa que no se mojaba en nada y que en ocasiones, con palestina al cuello, se atrevía a pasar por la izquierda a mi partido en muchas ocasiones; tenía que llegar a su fin.
Ya no era sostenible el carrusel de incoherencias, y con el tiempo, nuestro personaje, afortunadamente se fue dando cuenta. El Señor Rajoy empezó a echar cuentas y se preguntaba: - en la realidad, cuando tenga que despertar, pedir más gasto público reduciendo ingresos, sólo es posible en mi idílico mundo, en mi mundo onírico. Pero ¿Cuál es la solución a esta difícil realidad? Debe existir algo, una incógnita escondida en algún lugar de mi maleable ideología.-
Entonces ocurrió, lo encontró, la incógnita se escondía en ese triste y sucio rincón del cerebro dónde se guardan las cosas que no nos atrevemos a decir. Pero nuestro gallardo protagonista, consiguió limpiar todo el chapapote que ensuciaba este lugar, y apareció la palabra. La sensación que le envolvía en ese momento era una mezcla entre frustración y alegría. Frustración, por lo fácil que hubiera sido desde un principio encontrar la solución si se hubiera despertado antes. Y alegría, porque como todo gran líder había encontrado la llave con la que abrir la puerta de la cobardía.
El siguiente paso era evidente, tenía que hacer copias de la llave y repartirlas a todos sus seguidores. Pero ahí la sensación de frustración le invadió otra vez. Sabía que aunque tuviera la llave, se iba a encontrar con una gran cantidad de puertas que chirriarían por su oxidación y otras muchas que directamente no se abrirían nunca porque simplemente no habría valor en sus seguidores.
Entonces, nuestro personaje, bostezó. Se cubrió lentamente con la manta y se sumió de nuevo en un profundo y sosegado sueño.