MACHISMO ASESINO

Una triste y penosa noticia ha sacudido recientemente a mi pueblo. Una vecina ha sido cruelmente asesinada por su excompañero. Lo acontecido desgraciadamente no es una noticia peculiar ni extraña; pero obviamente, impacta más por la cercanía.
Los llantos del pasado domingo se podían oír, e incluso, ver desde cualquier rincón, desde el lugar más recóndito y sombrío de esta pacífica y cordial localidad. Una vida vilmente sesgada por la mera prepotencia masculina que subyace en algunos despreciables seres cuyo desarrollo evolutivo intelectual se estancó allá por la época del Astrolophitecus.

Entre todos debemos borrar ese gran falo que ha ido trazando la historia, ese ensalzamiento de la virilidad masculina, esa prepotencia fomentada por clásicas instituciones y diversas religiones carentes de todo sentido de la igualdad y libertad; humillando así, al sentido común y a la racionalidad intrínsecamente humana. Lerdos intelectuales que ahora abogan por una ficticia igualdad de sexos, mientras que de puertas para adentro prima la sucia lacra machista.

Hay que movilizarse, ser más pragmáticos que nunca, luchar en el sentido más literal de la palabra, debemos acabar con esta peste de forma inmediata.
Soy hombre, pero en estos momentos me siento más mujer que nunca.